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domingo, 23 de mayo de 2010

Un "decretazo" rompesueños

Buenos días a todas todos: Os traigo hoy una carta de la sección "cartas al director" de le periódico El Día, escrito por Alejandro Y. Machín Clavain y que dice así:
"Yo tenía un sueño, lo tenía todo planeado desde que era chico. Siempre seguí los consejos de mis mayores; saludé con una sonrisa al prójimo y me daba igual que me la devolviesen o no, respeté las normas, fui buen estudiante y aprendí a base de tropezones. Mi sueño era ser profesor de Historia.

Llegó el momento de ir a la Universidad, donde mi pasión por las Humanidades me llevó a matricularme en Historia del Arte, después de que una profesora en COU me mostrara la luz.
No fueron años fáciles para mí. Tras otro momento crítico en mi vida, un día me miré al espejo y estaba vestido de verde, con un fusil en un brazo y lágrimas en los ojos. Cuando un joven universitario y pacifista tiene que alistarse al ejército para poder pagarse los estudios, algo falla en el sistema. Por un momento temí que mi sueño se esfumase, pero durante tres largos años aprendí a estudiar entre guerra y guerra. Otro herida de la que salí fortalecido.

Al fin logré licenciarme, ahora tocaba lo fácil, hacer eso para lo que me había entrenado toda mi vida, y lo había hecho bien, era muy bueno estudiando y los palos de la vida me habían preparado para darlo todo en unas oposiciones. Era el último trámite para lograr mi objetivo.

A día de hoy, me he convertido en un joven formado, con los pies en la tierra y sus ideas claras, que se ve capaz de sacar unas oposiciones para las que se ha preparado durante toda su vida. Hasta este momento creía en la democracia y en la ley, pero ahora la verdad es que no. Pensaba que acceder a un puesto del Estado consistía en esforzarse para estudiar, competir en igualdad de condiciones y ser el mejor. Ahora me río de lo idiota que he sido, qué manera más estúpida de pensar.

Yo no sabía que entre mi sueño y yo no sólo estaba el examen; también estaban los sindicatos de educación que defienden unos principios vacíos de moralidad, y un Gobierno que les permite actuar a sus anchas.

Ahora resulta que, tras una denuncia por parte de los anteriores opositores, los de 2008, el Gobierno, "misteriosamente", se da cuenta de que el sistema es ilegal y se plantea cambiarlo. Hace 8 meses sale a la luz el mal llamado "decretazo" por los sindicatos, y estos se tiran a la calle para pedir estabilidad laboral. Resulta que este decreto, como yo prefería llamarlo, lo único que proponía era que las listas se reelaborasen cada 2 años, y que para entrar en ellas se sacase en el examen un 2,5 de nota. Ante esta situación, los sindicatos alegan que sus afiliados se van a quedar en la calle. Ellos solitos dieron la batalla por perdida, pues daban por hecho que serían incapaces de sacar un mísero 2,5 en un examen sobre los temas que luego les exigen a sus alumnos en clase.

El gobierno cedió ante las presiones sindicales y ahora nos saca un nuevo decreto donde se truncan todas las opciones de los que nos merecemos acceder al sistema. El nuevo decreto ordena las listas en función a cuatro notas: 4 puntos la oposición, 4 puntos la experiencia, 3 puntos los méritos (cursos) y 3 puntos un informe del último año trabajado. Resulta que un joven como yo, que lo ha hecho todo como le han aconsejado, sólo puede optar a un 7, un 4 del examen (suponiendo que saque un 10) y un 3 de los cursos. Lo divertido viene cuando nos damos cuenta de que un interino, dejando el examen en blanco obtiene un 10 fácilmente (4 experiencia, 3 méritos y 3 del informe al que sólo pueden acceder ellos). Además, no nos introducen en listas para el curso que entra, sino para el siguiente.

Y todo esto viene por obtener un puesto en las listas de sustitución, porque lo que es obtener una plaza es imposible si no sacas un 10, pues se valora tanto la experiencia que, aun sacando un 10, pueden pisarte en la fase de concurso los interinos.

El sistema de acceso a un puesto de profesor en la enseñanza canaria está podrido desde la médula. Premia a unos individuos, los interinos, a los que se les ha creado un sistema a su medida, y que no han querido aprovecharlo, que les "regala" la plaza sacando un mísero 3 en un examen, y que con un cero se colocan los primeros en las listas de sustitución. Un sistema que no nos permite a los jóvenes acceder a una plaza por no tener experiencia y que no nos da la opción de obtener experiencia por no poder presentar un "informe" que solo pueden elaborar los que están trabajando. En definitiva, un absurdo que parece que sólo podrá resolverse en los tribunales, pues el Gobierno ha defraudado a más de 10.000 jóvenes votantes que tenían puestos en él la esperanza de acabar con un sistema absurdo.

¿Qué haré ahora? Las esperanzas de que el Gobierno saque un sistema justo las he perdido, las de ser profesor no, lo único que ha cambiado es que mi sueño ahora es ser profesor antes de la jubilación. "
Animo!!!

2 comentarios:

  1. Yo no podría haber planteado mejor la frustración que sienten todos aquellos que no se encuentran protegidos por los brazos de un sindicato...

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  2. Y despues son los interinos los que se quejan... Por lo menos, tienen a los sindicatos, pero, y nosotros a quien? A la virgen del pino?

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