La eliminación del límite de edad impuesto en convocatorias anteriores aumenta a 40.000 el número de opositores
Unos 4.000 canarios aspiran a conseguir una de las ansiadas 135 plazas ofertadas en las próximas oposiciones de noviembre para ingresar en el Cuerpo Nacional de Policía. Canarias se convierte, de este modo, en la tercera región con mayor número de opositores para este concurso, registrando un 10% del número total de aspirantes en el territorio nacional.
Uno de los factores que más han contribuido al incremento de candidatos a agentes es la supresión del límite de edad a 30 años, impuesto a los candidatos para poder aprobar en anteriores convocatorias. El número total de aspirantes es de 40.000 en todo el territorio español, donde sólo Andalucía (con 11.200 aspirantes) y Madrid (con 7.200), superan en demanda a la comunidad canaria.
Son muchos los que buscan en estas oposiciones dejar de depender de las empresas de trabajo temporal, y no dudan en presentarse varias veces para conseguir ser uno de los privilegiados que llegan al final del proceso. "Pocas cosas se valoran tanto hoy en día como la estabilidad laboral", afirma Cristopher Méndez, un hostelero que lleva años deseando convertirse en policía.
Para Carmelo Mesa, director ejecutivo de la academia Mega, un centro que lleva más de 20 años de experiencia preparando opositores, "en Canarias no hay vocación de opositor, pero la crisis en el sector servicios, particularmente la que sufre el turismo en el Sur, ha empujado a los más jóvenes a intentar conseguir un puesto fijo de funcionario".
Sin embargo, para este educador el problema más grave está relacionado con el escaso número de plazas, que se han visto reducidas de 5.000 a apenas 150 para todo el territorio nacional. En su opinión, "estas plazas no pueden cubrir ni siquiera el número de bajas o las excedencias, por lo que el organismo tendrá que subir el número en próximas convocatorias pese a los recortes presupuestarios".
Lograr vestir el uniforme requiere pasar antes por una serie de pruebas teóricas, físicas y psicotécnicas. Para Luis Fernando Morales, un vigilante descontento con la reducción de las posibilidades de acceso, cree que las pruebas serán especialmente difíciles este año para "quitarse de en medio al mayor número de aspirantes posible".
Muchos opositores creen que la prueba de fuego será la entrevista final, pues la gran mayoría sacará las partes teórica y física con facilidad. La voz de los más jóvenes muestra su descontento con la medida adoptada por el Supremo, pues los que se presentan por primera vez tendrán la complicación añadida de luchar contra un gran número de opositores de mediana edad que ya daban por perdida la posibilidad de entrar al cuerpo.
Para algunos de los más veteranos, la edad no debería haber sido un condicionante para poder aspirar al puesto. María José Ramos, funcionaria laboral, cree que estar en buena forma física es más importante que ser joven, " pues, a fin de cuentas, es ésta cualidad la que te permite realizar bien tu trabajo". Para esta candidata, la presión que recibió por parte de su familia y amigos para que fuera a la Universidad no hizo más que retrasar su preparación para poder llegar a formar parte de las fuerzas del orden.
Odaliz Hernández, camarera de 27 años, cree que la restricción de edad impuesta es tan absurda como otras medidas discriminatorias que siempre han existido como requisito. "Siempre hay gente muy válida que por razones arbitrarias ve con impotencia como condicionan su futuro", sentencia la joven.
Opositar por un puesto en la administración pública constituye una muy buena manera de hacerle frente a la crisis económica y al desempleo. Trabajar en el Estado es una de las pocas alternativas que puede asegurar un empleo estable y, por este motivo, cada vez son más las personas interesadas en concursar por una plaza lo que hace más difícil el acceso.
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