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lunes, 2 de agosto de 2010

Los nuevos controladores a 60.000 euros

Es lo que ha publicado ABC a través de Blanca Torquemada y que os traigo:
Terminal 2 de Barajas, últimas bocanadas de julio. Los paneles escupen información de vuelos en hora y de otros que van acumulando retrasos. Gentío, trasiego, esperas. Lo habitual en estas fechas, pese a que ya no hay apenas bajas de controladores aéreos. Escasísimo absentismo en estos últimos días, para respiro del ministro de Fomento, José Blanco, y menos aún después de que las revisiones médicas hayan obligado a un 66 por ciento de los supuestamente enfermos a reincorporarse a su puesto de trabajo. El pulso lo ha ganado el Gobierno, de momento, tanto de puertas adentro como ante la opinión pública, ahora que la batería legislativa puesta en marcha está en vías de acabar con décadas de monopolio de la empresa estatal AENA y, lo que es más importante, pone fecha de caducidad a la inmensa capacidad de presión de los «guardianes» del tráfico aéreo. Pero a Elena Kristic le preocupa muy poco esta guerra y bastante más su futuro, para el que ve al fin pista de despegue gracias a la liberalización de estos servicios que, impuesta por la Unión Europea, se rubricó con la ley aprobada en abril y se ha desarrollado en un reciente decreto del Ejecutivo.
Desde hace años -tiene ahora 26-, Elena ha soñado con una profesión, la de controlador, confinada en un coto casi cerrado y a la que sólo se accedía por unas oposiciones en las que las relativamente asequibles condiciones de partida (ser diplomado universitario y tener un buen nivel de inglés) se convertían de hecho en una agónica carrera en la que muy pocos llegaban a la meta: a las últimas 150 plazas convocadas por AENA (en 2008) concurrieron casi ocho mil aspirantes. Ahora la perseverancia de Elena se ve por fin premiada: se han abierto otros caminos. Una formación cara Con la decisión de dar entrada al sector privado en el control aéreo (no por inspiración divina del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, sino porque obliga a ello la normativa común europea), la universidad privada Camilo José Cela, de la institución SEK, ha tenido los reflejos de llegar a un acuerdo con la compañía británica Astac para ofrecer preparación y titulación a los primeros controladores aéreos que serán «incubados» fuera del cascarón estatal: una hornada de 24 alumnos pioneros de lo que será la profesión a medio plazo. Una forma de vida desahogada, pero no privilegiada, alejada de la estratosfera de esos sueldos de más de 200.000 euros anuales (en algún caso por encima de 350.000) que han escandalizado a los ciudadanos.

«De momento, este trabajo ofrece muchas oportunidades, pero hay que evitar la saturación que se dio con los pilotos»

De modo de que los 33.000 «eurazos» que viene a costar inscribirse en este primer curso privado pueden ser considerados como una inversión, según apuntan los primeros alumnos, en muchos casos jóvenes hartos de tentar la suerte y volcar esfuerzos baldíos en un incierto y precario mercado laboral. Además, ya no se exige diplomatura universitaria para ser controlador aéreo. Basta con tener el bachillerato. Por eso, pese a un precio al alcance de pocos bolsillos, más de trescientas personas han intentado matricularse y ha habido que hacer una exigente preselección, hasta el punto de que se está sopesando incrementar el cupo de alumnos de 24 a 36 en esa primera promoción. Ángel Moya, el directivo de Astac que coordinará la formación de los aspirantes, lo ve muy claro: «Con los controladores va a ocurrir ahora lo mismo que sucedió en su momento con los pilotos. Cuando empezaron a salir de escuelas privadas, al haber mayor competencia, bajaron los sueldos. Y jamás se ha producido la menor alarma social referida a que puedan estar peor preparados, ni se ha resentido el servicio. Lo malo fue cuando se alcanzó la saturación de títulos por la cual hay actualmente cuatro mil pilotos en paro».

Un punto (el del exceso de oferta) que se trata de evitar en este nuevo flanco del control del tráfico aéreo: «Aún hay mucho campo para estos jóvenes, porque aeropuertos privados como los de Lérida, Castellón o Ciudad Real tienen que recurrir actualmente a controladores de AENA, y, encima, han de contratarlos en comisión de servicio, por lo que les salen todavía más caros. Por eso estamos negociando convenios para que nuestros chicos, una vez titulados, puedan encontrar ahí un trabajo». Más tiempo tendrá que pasar para que puedan acceder a las torres que actualmente son de AENA, «porque, aunque las privaticen -y parece que el ministro quiere privatizar muchas-, en primera instancia tendrán que dar trabajo a quienes ya están allí. Y como la jubilación de los controladores en activo se ha retrasado de los 52 a los 57 años no habrá mucho espacio libre, de momento. Más adelante sí». E insiste en que, hoy por hoy, los 2.400 controladores aéreos que hay en España son, en su opinión, pocos: «Al formar parte de nuestro territorio las islas Canarias, el espacio aéreo español es enorme, llega hasta bastante cerca de la isla de la Sal, en Cabo Verde». O, en cualquier caso, «la licencia única europea les abre la posibilidad de trabajar fuera de nuestras fronteras». Por su dilatada experiencia en países que tienen liberalizado el control aéreo desde hace años, caso del Reino Unido, Moya se atreve a augurar que la de controlador va camino de ser una profesión «con retribuciones de unos 60.000 euros anuales».

Eso es lo que calcula, «cuando el sector se adapte plenamente a la normativa de la UE». A Elena aún se le iluminan los ojos: «Sigue siendo un sueldo fenomenal». Lo mismo opina Javier Ruza, compañero de curso, de veintidós años. También él lleva tiempo esperando su oportunidad laboral en el sector aéreo: «Toda mi familia trabaja en Iberia, pero hasta ahora no he encontrado la opción de meter cabeza. Y ahora puedo tener acceso a un empleo de este tipo en todo el mundo. Es un atractivo añadido». Estos primeros controladores privados estarán listos para ejercer a principios del próximo año, aunque hay que tener en cuenta que después cada aeropuerto requiere una habilitación específica. Tras dos meses de instrucción en España pasarán 29 semanas en Gloucester, en el Reino Unido, donde cubrirán su formación práctica, gracias al acuerdo que la UCJC ha alcanzado con Astac, compañía inglesa que ha proporcionado este personal especializado a aeropuertos de 30 países y 20 torres de control británicas. Los alumnos, que comienzan sus clases el 16 de agosto, ya han tenido algún esporádico contacto con su futuro cometido cuando les sometieron a las pruebas de selección: «Era un radar -relata Elena- en el que aparecían cuatro aviones. Así que cuando vi en la tele uno real en el que había una barbaridad de puntitos, me impresionó muchísimo. ¡Si ya es difícil colocar unos pocos!».

Ya están aquí los controladores del relevo. Igual de preparados, no tan bien pagados

El sueldo, dice, es un componente importante de su vocación, «pero, por supuesto, no el único. Hace años vi documentales sobre este trabajo, y me encantó lo que se aprende sobre la formación de las nubes, cómo actuar si llueve o si no llueve, la velocidad del sonido... Todo eso me atrajo». Fin de una época Ahora los «controladores AENA» se enfrentan al fin de una época, de su época. La de la jornada laboral privilegiada (150 días al año, frente a los 220 de la mayoría de los trabajadores), y la del aluvión de horas extra pagadas a demasiados quilates, a tres veces el precio de una hora normal. Con la nueva normativa se les han reducido drásticamente las horas extraordinarias que pueden realizar (ochenta al año, como máximo) y se ha aumentado el cupo de su jornada ordinaria hasta 1.670 horas al año. El resultado: trabajan lo mismo, más o menos, pero por mucho menos sueldo. Razonable ordenamiento, aunque no les falte razón a los afectados en que las medidas se han aplicado a coces. Además, como ocurre con los niños mimados, no son ellos los principales responsables de que se les haya venido consintiendo tanto.

El chollo ha durado más de la cuenta, pero está llegando a su fin, más por la inexorable llegada del libre mercado al sector que por el empuje de ministros impetuosos. Ya están aquí los controladores del relevo. Igual de preparados, no tan bien pagados. Con ganas y sin bazas para chantajes soterrados.
 
Animo!!!

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