http://rrabogadoslaspalmas.com/

martes, 5 de octubre de 2010

La policía, en los barrios (Santa Cruz de Tenerife)

Buenas, os traigo este comentario que ha publicado El Día y escrito por Angel Llanos:

"SI EL GOBIERNO DE ESPAÑA no pone los medios, lo haré yo". Esa frase, cargada de fuerza (lo reconozco), fue la mejor conclusión para definir las propuestas para mejorar la calidad de la seguridad ciudadana en Santa Cruz de Tenerife, y que constaron en el programa electoral de la candidatura Partido Popular que me honré en encabezar en 2007. Ciertamente, la capital no tiene situaciones de inseguridad extremadamente graves, aunque de vez en cuando sí que nos alarma algún incidente destacado. Pero siendo graves esos casos aislados, el problema real es la acumulación de pequeñas incidencias.

Las competencias en materia de seguridad ciudadana recaen, fundamentalmente, en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, es decir, en el Cuerpo Nacional de Policía y en la Guardia Civil. En los últimos años han sido muchos los nuevos funcionarios de ambos cuerpos de seguridad destinados a Santa Cruz y al conjunto de Tenerife, pero muchos más lo que se han marchado; lógicamente, las únicas fotos que vemos del delegado de gobierno de turno son las de la bienvenida a los nuevos efectivos en las escaleras de la Subdelegación del Gobierno, pero nunca las despedidas de los que se van. Los policías nacionales y guardias civiles que eran destinados a nuestra tierra, al proceder de diferentes puntos de la Península Ibérica, pues solicitaban un destino más próximo a su origen en cuanto podía, algo que sucedía aproximadamente a los dos años de su llegada; es decir, cuando ya el funcionario estaba adaptado al lugar, cuando ya conocía los puntos negros e, incluso, los principales delincuentes, pues se marchaban, llegaban otros nuevos, y vuelta a empezar.

Uno de los problemas (además de la insensibilidad del Gobierno socialista con Tenerife) era que muy pocos tinerfeños aprobaban las oposiciones. Desde la Consejería de Relaciones Institucionales del Cabildo de Tenerife, durante el mandato 2003-2007, le pusimos la solución a este extremo; y aquí hay que reconocer que su presidente, Ricardo Melchior, siempre prestó especial atención a los planteamientos que nos llegaban desde los sindicatos policiales. Así, creamos un Plan de Apoyo a los Policías Nacionales y Guardias Civiles con subvenciones para los que aprobaban las pruebas, que se mantenían durante los dos primeros años de pertenencia a ambos cuerpos (medida que, por cierto, poco después también puso en marcha el Cabildo de Gran Canaria). Daba gusto ir a la Academia de la Policía en Ávila, o a la Escuela de Guardias Civiles en Baeza, y comprobar cómo en sólo dos años, pasamos de 10 a 200 en el número de tinerfeños aprobados.

Las administraciones locales canarias siempre han sido sensibles a la seguridad ciudadana. En el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, en abril de este año, pusimos en marcha un ambicioso programa para actualizar los efectivos de la Policía Local, supervisado por el propio alcalde Zerolo, tras muchos años de merma de funcionarios por las jubilaciones. El mérito no fue mío como concejal de Recursos Humanos, sino del anterior titular del departamento (Manuel Parejo), que realizó la convocatoria de las oposiciones para las 56 plazas de policías locales. Yo me limité a desbloquear los problemas legales que la Dirección General de Función Pública había planteado a dicha convocatoria y, eso sí, también impulsamos, en coordinación con el Área de Seguridad Ciudadana, los procesos para el conjunto de la carrera profesional de los agentes: oficiales, subinspectores, inspectores y subcomisario.

En La Laguna, el Ayuntamiento también ha puesto en marcha una medida acertada: los agentes de movilidad. Su funcionamiento es plenamente efectivo ante la cogestión del tráfico. Tuve la oportunidad de analizar su efectividad con el concejal de seguridad de la Comunidad de Madrid, y sin duda mejoran considerablemente los atascos. Pero en Santa Cruz, el problema está en los barrios.

Los vecinos demandan más seguridad. En nuestros recorridos por los barrios, los ciudadanos afirman estar cansados de que les roben el coche, que rompan el escaparate de un pequeño comercio, no quieren que su hijo vea todos los días en la esquina el trapicheo de drogas y, sin duda, desean dormir más tranquilos cuando su hija sale de noche y va a regresar tarde. Todo esto se mejora con la policía en los barrios, a pie, y plenamente visibles. El efecto disuasorio es aún más importante que la persecución del delito, y recuperar a los agentes de autoridad en pareja por los barrios de Santa Cruz mejoraría considerablemente la calidad y la sensación de seguridad.


Animo!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario