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domingo, 10 de octubre de 2010

«Hay mucha leyenda. Ni somos 'frikis' ni acabamos 'tocados'»

Otra experiencia más que os traigo y que también ha publicado La Verdad:


José Manuel Marcos, Chema para familia y amigos, está a un pasito de salir del 'túnel'. Tras siete años preparando las oposiciones, el próximo mes de abril se enfrenta al tercer y definitivo examen. Rebosa optimismo. Quiere ser fiscal, especializado en Penal. «Voy a aprobar, estoy seguro», dice con autoridad, aunque luego matiza que «en la oposición influye mucho la suerte; espero tenerla de mi parte». Chema suspendió el segundo examen hace un par de años, cuando llevaba pegado a los libros un lustro, literalmente hablando. «Y hay que ser mentalmente muy fuerte para superarlo». Para este ex campeón de billar francés -un arte que no trabaja desde hace muchos años-, la capacidad de sacrificio debe ser el gran pilar que sustente al opositor.

«Te lo tienes que plantear como un trabajo. Ocho o nueve horas diarias y un día de descanso a la semana. Y a veces ni eso». Preguntamos por qué suspendió ese segundo examen. «Quizá no di lo máximo en un momento dado», se sincera. «La verdad es que fue un palo gordo. Suspendí en mayo y estuve los tres meses de verano sin hacer nada. Estuve a punto de abandonar. Y de no ser por Manolo (Manuel Campos, fiscal y actual consejero de Justicia, antiguo preparador de José Manuel), no hubiera seguido. Un hombre cercano y cariñoso que me hizo sacar fuerzas y tirar para adelante. Ahora estoy convencido de que lo voy a sacar».

Chema tiene novia. Y aunque ha escuchado muchas historias sobre el 'clásico' de las rupturas sentimentales -además de verlas-, sigue firme y asegura que «seguro que nosotros no lo dejamos». Toca echar flores. «Las parejas de los opositores tienen mucho mérito. Son las que más sufren, las que más dan del entorno del opositor. Se tienen que adaptar a tu vida, y eso no es fácil». (De los padres no hace falta hablar, claro). De hecho, a Chema le frustra no haber terminado, en parte, «porque lo que me apetece es irme a vivir con ella. Psicológicamente es duro. Con 31 años estás en casa de tus padres, dependes económicamente de ellos y muchas veces tienes la sensación de estar estancado».
Pese a todo, deja claro que «los opositores de estas pruebas no somos 'frikis'. Y aunque lo pasamos mal en algunos momentos, eso te fortalece. Al menos, a mí y a mis compañeros. No acabamos 'tocados', como muchos dicen». Chema echa de menos, eso sí, cierto apoyo de los amigos, «que a veces me dan mucha caña». A medio año de acceder al 'paraíso', ve en el horizonte, cuando empiece a trabajar, «los mejores años de mi vida». Él también lo tiene claro: «No me arrepiento. No estoy perdiendo el tiempo».

Animo!!!

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