Os traigo esta experiencia de una estudiante que ha aprobado las oposiciones de "Juez" que ha publicado La Verdad:
Ella ya ha ganado la batalla. O la está ganando, mejor dicho, que hasta el rabo todo es toro. Consuelo está hoy en la Escuela Judicial de Barcelona, esa especie de 'premio' que reciben los 'espartanos' que terminan aprobando. Estudió Derecho en la Universidad de Murcia, pero no tenía claro el camino que escoger al acabar la carrera. Después de un año en la Escuela de Práctica Jurídica de Madrid, a Chelo, como le gusta que le llamen los allegados, le vino la inspiración. «Pensé que tenía que aportar algo a la sociedad. Siempre he tenido vocación social y pensé que algo relacionado con Menores me podría hacer sentir bien». Así que se puso a ello. Ocho años de su vida, y contando. «No sabía lo duro que era hasta que empecé. La oposición me exigió renunciar a muchas cosas y hacer grandes sacrificios, por no hablar de los que hacen los demás: familia, amigos, pareja... Te dejas años muy buenos. Años de juventud perdidos, de alguna manera. De repente han pasado ocho o diez años y no te das cuenta», apunta con cierto anhelo en su voz.
Sin embargo, Chelo sabe que ese esfuerzo le ha supuesto «un crecimiento personal enorme». La madurez y la claridad de ideas que demuestra al hablar lo certifica. «Estas oposiciones son como un noviazgo. Empiezas enamorado del proyecto, luego ves defectos, pero sigues pensando que es ideal y los superas. Al final, encuentras la estabilidad», relata. «O se acaba rompiendo todo», apunta el periodista. «Sí, claro, o se rompe todo». Ella estuvo a punto de renunciar. «Hubo un punto de inflexión entre el cuarto y el quinto año que me hizo replantearme todo, después de aprobar el segundo y suspender el tercero». Y es que el 'tramo final' de su oposición fue duro. Muy duro. «Suspendí el tercer examen tres veces. La última, el año pasado. Lo pasé verdaderamente mal, pero sabía que no lo iba a dejar. Sabía que tenía que terminar». De hecho, y según esta futura juez de Menores, «esta oposición deja 'mutilados'. Se cobra muchas víctimas. Gente que no logra aprobar y que tiene mucha intolerancia al fracaso acaba abandonando. Algo que se queda clavado». Y al fin llegó ese día. Hace sólo unos meses, el 24 de mayo, Chelo salió del Tribunal con un 'apto' bajo el brazo. Y lo primero que le vino a la cabeza fue su abuela, fallecida en enero de este año. «A ella le cantaba los temas los últimos meses. Me ayudaba mucho», asegura mientras se esfuerza por no romper a llorar.
¿Y su novio? Chelo es una de esas excepciones que confirma la regla. Lleva diez años con su pareja y el aprobado se lo debe en buena parte a él. A su novio, al que no piensa dejar de lado en su «nueva vida». «Me ha ayudado incansablemente, a pesar de que en la relación éramos él, yo y la oposición, que es como un mal amante».
Preguntamos por la vida en Barcelona. «Es un año para disfrutar... ¿Qué más quiere que le diga?». ¡Nada!
Animo!!!
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