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sábado, 11 de mayo de 2013

La sinrazón de los interinos

Os traigo esta opinión publicada por EL Día, de José M. Clar:

Los maestros/as interinos que se ha llan impartiendo clase en un centro público andan indignados porque la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias ha convocado oposiciones a maestro/a en la enseñanza pública y, claro, esta convocatoria, según ellos, les perjudica al poner en peligro el puesto que provisionalmente están ocupando. ¿Y por qué están cabreados? Pues porque no sólo se les obliga a presentarse a las oposiciones, sino también a aprobarlas, ya que, de lo contrario, los opositores no interinos a ocupar las plazas convocadas podrían "arrebatárselas". Incluso, la nota de la fase de oposición, al igualarse con la de la experiencia docente, servirá para conformar las listas de sustituciones en las que, actualmente, los interinos ocupan los primeros puestos merced al baremo asignado por la experiencia docente. Es decir, lo que ellos pretenden es que nadie ose moverles de su "silla" o del lugar preferente que ocupan en las listas de reserva para así garantizarse un puesto docente como interino hasta la edad de la jubilación. O sea, ¡un chollo!
Las reivindicaciones de los docentes interinos carecen de fundamento, no solo legal sino ético. Se agarran al argumento de la experiencia docente frente a aquellos que no la tienen. Miden la experiencia laboral por el tiempo que llevan trabajando sin aprobar las oposiciones. Los que no tienen experiencia y que entran en su lugar parece que al menos algo han hecho para ocupar un puesto en la especialidad a la que opositan, como es estudiar y aprobar el examen.
Primar su "experiencia docente" es una discriminación fundada en la edad y, por tanto, inconstitucional. Los que entran en un momento determinado y quieren acaparar las plazas, incluso impidiendo con movilizaciones y presiones que salgan a oposición (la única posibilidad plenamente legal), impiden acceder a aquellos que nacieron después y que no pudieron concurrir a la bolsa de trabajo que a ellos les proporcionó la interinidad.
Las últimas convocatorias para maestros de Infantil y Primaria establecían unas condiciones privilegiadas para los interinos, tanto en la fase de oposición como en la concurso. Esta discriminación ha impedido que personas con notas altas, que es lo que hay que sacar en una oposición, hayan podido conseguir plaza y sólo les haya quedado un justificadísimo derecho al pataleo.
Es difícil comprender que unos/as señores/as que se empecinan en no sacar una plaza como funcionario en unas oposiciones sin ventajas y que lo que quieren es que le regalen la plaza porque entraron como interinos en un momento dado puedan transmitir a sus alumnos la necesidad de esforzarse para conseguir objetivos en la vida ¡Vaya un ejemplo!
El sentido de la interinidad es cubrir situaciones de enfermedad o de contingencias que no eran previsibles al final del curso anterior, que es cuando se diseñan las plantillas de los centros. No es admisible que existan plazas cubiertas por docentes interinos durante años y años sin que se convoquen a oposición.
Los interinos creen que tienen derecho a ocupar una plaza de maestro o a encabezar las listas de trabajo por siempre y para siempre ¿Cuántos aspirantes bien preparados que habiendo superado las oposiciones con nota alta se han quedado sin plaza por los "méritos" de los interinos? En las administraciones públicas las plazas de funcionario se obtienen por oposición tras un proceso selectivo basado en los principios de igualdad, capacidad y mérito. Nadie va a echar a la calle a los interinos porque durante 10, 20 o 30 años han tenido y tienen muchas oportunidades de regularizar su precaria situación aprobando una oposición. ¿Por qué no lo han hecho? Porque no les interesa que los muevan de su "silla" que tan cómoda como injustamente ocupan. ¡Váyanse por ahí, hombre!

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo, ya está bien de injusticias.
    Un saludo.

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