Es la noticia que ha publicado Expansión y os traigo:
Que la función pública española está sobredimensionada es un hecho, pero mientras los dirigentes políticos insistan en hacerse trampas al solitario simulando que reducen la plantilla de funcionarios limitando el acceso por oposición, pero engordando al tiempo la nómina de personal de libre designación, el problema estará lejos de resolverse.
Si hace unos días lamentábamos esta situación en los entes territoriales, hoy toca censurar al Banco de España. Resulta poco presentable que la institución cuyo gobernador insiste por activa y por pasiva en la necesidad de apretarse el cinturón, no predique con el ejemplo.
El supervisor contuvo sus gastos de personal el año pasado, pero si se analizan con detenimiento las cifras se ve que no es oro todo lo que reluce. El gasto por este capítulo se redujo un 1%, pero eso se debió esencialmente al tijeretazo salarial del Gobierno al sueldo de los funcionarios, ya que el número de empleados se mantuvo en niveles muy similares a los del año anterior, fruto del fuerte aumento de las contrataciones temporales (crecieron casi un 40%) frente al 3% que menguó la plantilla fija. Que se ajusten otros, pensará Fernández Ordóñez.
Contención en el gasto es lo que necesita España para reducir su déficit público, pero ésas reglas deberían regir para todos. De poco sirve reducir el número de empleados fijos si al tiempo se dispara la contratación de efectivos al margen del cauce de las oposiciones.
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