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miércoles, 3 de marzo de 2010

Funcionarios: ¿la nueva casta del siglo XXI?

Es la pregunta que hace Antonio Papell en el Ecodiario de el economista y que os traigo:

"En épocas de grave penuria, como la actual, se suscita de nuevo con alguna agresividad la fractura social entre los trabajadores públicos, los funcionarios, y los demás trabajadores. Aquéllos, vinculados a un empleo de por vida gracias a unas oposiciones generalmente arduas, éstos sometidos a las inclemencias del mercado laboral, que les ofrece apetecibles oportunidades en los tiempos prósperos pero que los rechaza en las temporadas de crisis.
Ajuste en momento de austeridad
A primera vista, los funcionarios públicos son unos privilegiados ya que poseen el atributo laboral de la seguridad, muy apreciado en épocas de fuerte desempleo, aunque a cambio de un salario inferior al del sector privado y de menores expectativas de promoción y mejora. No es, pues, extraño que los gobiernos recurran a la congelación de los salarios públicos -que no genera rechazo social sino al contrario- como medida de ajuste en los momentos en que es necesaria la austeridad en el gasto. Como se sabe, el debate ha surgido también aquí estos días, y aunque de momento se ha saldado con la declaración de que se mantendrán los acuerdos entre funcionarios y gobierno (este año, la subida salarial será del 0,3%), aunque se rebajará drásticamente la oferta de empleo público, no puede descartarse que si el déficit público sigue fuera de control haya que adoptar decisiones más drásticas.
En cualquier caso, la dualidad entre empleados públicos y trabajadores privados es un hecho, y está además cargada de tópicos que convendría aclarar con el fin de eliminar la confrontación entre ambos segmentos laborales. De entrada, conviene desmontar la idea anacrónica de que el "funcionario" es el burócrata incompetente y con manguitos que nos atiende displicentemente tras una ventanilla.
Funcionario es el médico de la seguridad social, el profesor de nuestros hijos, el bombero que nos socorre, el militar que nos representa en Afganistán, el policía que lucha abnegadamente contra ETA, el investigador que procura la excelencia de nuestro país, el conductor del metro en cuyas manos estamos? Si así se ve, quizá cambien algunos puntos de vista.
Anacronismo de lo público
En otro orden de ideas, conviene observar que el anacronismo de lo público no está en la figura del funcionario sino en la obsolescencia de las organizaciones. La reforma de la Administración para acomodarla a la modernidad, a los sistemas que imperan en el sector privado, a los métodos de ascenso y promoción que rigen en el mercado, es una asignatura pendiente que ningún gobierno ha querido realmente llevar a cabo desde la promulgación de la Constitución.
Ello explica la ineficacia de los órganos administrativos, en muchos de los cuales los funcionarios son los primeros en lamentar la situación.En última instancia, es procedente reconocer que existe en nuestros países la convicción mayoritaria de que el Estado es necesario para cumplir algunas funciones irrenunciables e intransferibles, que constituyen una plausible garantía de equidad, de justicia, de imperio de la ley y vigencia de la Constitución. Se podrá discrepar acerca del tamaño deseable del Estado -los liberales postulan el "Estado mínimo", los socialdemócratas hablan del "Estado suficiente"- pero salvo algunos iluminados anarquistas, nadie propugna su destrucción. Pues bien: los funcionarios son la materia humana de ese Estado que asegura ciertos equilibrios mínimos en nuestra sociedad compleja. Si así se entiende, quizá se comprenda mejor la necesidad de apostar por reformas que hagan del sector público y de los trabajadores públicos adelantados de la innovación del proceso político y promotores principales de la excelencia democrática."


Animo!!!

1 comentario:

  1. ¡Qué artículo tan bueno!
    Enhorabuena Juan J. Rguez. Está muy bien recordar " a todos ", quienes somos los que trabajamos para el pueblo, y a la vez somos del mismo.. personas normales de la calle... como todos, para nada privilegiados...
    Una de la administración.
    Enhorabuena por tu página. Gracias.

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