Trece comunidades autónomas han confirmado al Ministerio de Educación su decisión de aplazar un año la convocatoria de oposiciones docentes, casi todas de Secundaria, que tenían previsto celebrar este verano como consecuencia de la crisis sanitaria. Solo Madrid, Euskadi, Cataluña y Galicia dejan todavía “abierta la posibilidad de hacerlas en 2020, sin perjuicio de que las circunstancias puedan aconsejar modificar esta decisión”, según ha indicado este martes el ministerio. La suspensión supone que este año en vez de 27.000 plazas de profesor se cubrirán, como mucho, 11.405.
La decisión frustra el intento del Ministerio de Educación de preservar una postura común que evite el llamado efecto llamada: que aquellas comunidades que sí celebran las pruebas reciban a decenas de miles de aspirantes de otras comunidades, que en otras circunstancias se presentarían a las de su territorio. Pese a la presión de los sindicatos en tal sentido y los “diversos contactos” que el ministerio asegura haber mantenido con los ejecutivos regionales, no se ha conseguido evitar la pérdida de un pacto no escrito que llevaba años funcionando.
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La fragmentación de la convocatoria dará lugar probablemente a un escenario especialmente difícil en Madrid, si termina celebrando las oposiciones convocadas para cubrir 2.903 plazas docentes, porque la comunidad no dispone del filtro que supone contar con lengua cooficial que limite el número de candidatos que puedan presentarse, como sí ocurre en los otros tres territorios.
El aluvión de candidatos de otras comunidades (unas 200.000 personas estaban preparando las oposiciones este año) perjudica sobre todo a los interinos, advierten fuentes sindicales. En las convocatorias celebradas en España desde 2018, a través de las cuales se han adjudicado 50.000 plazas, el 80% ha ido a parar a profesores interinos.
Las competencias para convocar las oposiciones son autonómicas. El Gobierno solo podría impedir su celebración en un contexto extraordinario, como el de la prolongación del estado de alarma. Está previsto que las pruebas que se mantienen se celebren a partir de finales de junio. Cataluña contempla cubrir 5.000 plazas, Galicia 2.354 y Euskadi 1.148.
El Gobierno sí debe pronunciarse sobre una consecuencia adicional del aplazamiento. Prácticamente todas las regiones que las han retrasado quieren, además, llevar a 2022 las oposiciones previstas para el año que viene, en su mayor parte del cuerpo de maestros, para que no coincidan con las de Secundaria. Pero para poder hacerlo se requiere una modificación del real decreto que permitió a las comunidades realizar la oferta pública de plazas. Una portavoz del ministerio ha asegurado este martes que dicho asunto todavía no ha sido abordado.
El 80%, partidario de aplazarlas
El 80% de los más de 600 opositores que han participado en el debate del Foro de Educación abierto desde el sábado en la web de este diario se han manifestado a favor del aplazamiento, por miedo a los riesgos para la salud que puede implicar la concentración de personas durante la realización de los exámenes, y por las muy difíciles condiciones en las que, aseguran, se están viendo obligados a estudiar como consecuencia del confinamiento.
A los sindicatos de profesores les preocupa, sin embargo, que el actual aplazamiento de las oposiciones acabe convirtiéndose en una cancelación del proceso selectivo una vez que la crisis sanitaria se transforme en crisis económica y, temen, fulmine el margen de maniobra de las comunidades. Por eso su mensaje de estos últimos días se ha dirigido sobre todo a exigir un blindaje de las oposiciones que se retrasen, y a recordar que el sistema educativo público todavía presenta heridas de la recesión anterior.
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