Los nuevos policías laguneros comienzan las prácticas en las Fiestas del Cristo
Aida Magdaleno y Tinerfe García (d) junto a otros compañeros nuevos y el subinspector Lutzardo (2i). josé luis gonzález
Hace tres años, 528 jóvenes comenzaron una carrera de obstáculos que incluyó todo tipo de pruebas físicas, teóricas y psicológicas. Los 34 que lograron superar todos los filtros de las oposiciones de la Policía Local de La Laguna pasaron cuatro meses internos en la Academia Canaria de Seguridad para completar su formación básica. Tienen una media de edad de 29 años y entre ellos hay seis mujeres. Después de ser nombrados funcionarios, los nuevos agentes han iniciado, coincidiendo con las Fiestas del Cristo, las 1.200 horas de prácticas que deben completar.
Llegan para rejuvenecer una plantilla conformada por 214 agentes con una edad media de 44 años. Para algunos de estos jóvenes, vestir el uniforme es un sueño hecho realidad. Para otros, sin tanta vocación, significa tocar el cielo con las manos por haber conseguido un puesto de trabajo seguro en estos tiempos turbulentos. Durante este periodo de prácticas rotarán por todas las unidades del cuerpo: el servicio ordinario, atestados y los equipos especiales de Policía Ecológica y el GARA (Grupo Especializado en la Prevención y Seguimiento de la Violencia de Género).
Es fácil cruzárselos durante estos días recorriendo a pie el casco histórico. Dos de los nuevos policías que están reforzando el servicio con patrullas por las zonas urbanas son Aida Magdaleno Cruz y Tinerfe García Dumpiérrez. Ella sacó la tercera mejor nota final de las oposiciones. En el apartado de pruebas físicas, en el que tuvo que demostrar que podía saltar de una zancada más de dos metros y correr 2,5 kilómetros en menos de diez minutos, asegura que "no hubo dificultades". "Todos los que nos presentamos somos deportistas y la verdad es que las pruebas físicas nos resultaron fáciles", asegura esta santacrucera de 30 años, y añade: "De nada sirve ser muy bueno en lo físico si uno no va preparado en lo teórico".
Su compañero, Tinerfe, tiene 34 años y también es chicharrero. Cree que lo más complicado de la oposición fue la prueba teórica de desarrollo. "Había que explayarse por escrito sobre tres temas, entre los 40 que teníamos que preparar y que el tribunal elegía al azar en el momento de la prueba. Y no solo había que saberlos en profundidad, sino que también había que estructurarlos correctamente para que las tres horas que nos daban fueran suficientes para exponerlos. Además de valorar los conocimientos, se puntuaba la ortografía y hasta la caligrafía", explica.
Su compañera coincide con él al señalar esta prueba como "la más dura". Después de prepararse durante años para vestir el uniforme, a ambos agentes les sorprende comprobar "el respeto que inspira" el uniforme ante la sociedad. "En la Academia nos acostumbramos a ir de uniforme pero es cierto que nos ha sorprendido el trato que nos dan los ciudadanos en la calle al ir con él. Sientes que te miran más y la verdad que cuando se dirigen a nosotros son muy respetuosos", detalla Aida. Entre las anécdotas de los primeros días, Tinerfe admite que le resultó llamativo "que nos traten de usted o que un hombre que podía ser mi padre me llame don o señor agente".
Respecto a sus compañeros, Aida reconoce que "en los cuatro meses en los que convivimos en la Academia se formó un grupo muy unido. "La jefatura puede estar contenta con el grupo que entra porque nos llevamos muy bien en lo personal y lo profesional", apunta. Esta buena sintonía Tinerfe la atribuye al hecho de que son todos treintañeros, de Tenerife, excepto uno que es de Madrid, y que han coincido en otras oposiciones en los últimos años.
Tener un trabajo estable como funcionario en estos tiempos de paro endémico en toda España "te cambia la vida en todos los sentidos", según Aida. "Es una oportunidad que te permite afrontar el día a día con mucha más ilusión y tranquilidad", confiesa. Para Tinerfe, casado y padre de una niña de tres años y medio, tener un puesto de trabajo con total seguridad "permite emprender más, ya sea poder comprar un coche hasta otras decisiones más personales".
Durante estos días, Aida y Tinerfe recorren las calles acompañados del subinspector Juan Pedro Lutzardo. Con 25 años de experiencia, su función es guiarlos para que lleven a la práctica todo lo aprendido en la Academia. "Se darán cuenta de que hay que estar listo para cualquier cosa. Ayer mismo paramos un coche por descargar en una zona prohibida. Resultó que no tenía seguro y lo tuvimos que inmovilizar. Después apareció un ciclomotor conducido por un menor que no tenía licencia. En un intervalo de una hora hicimos cuatro intervenciones y terminamos levantando un acta por alteración del orden a un señor de Zaragoza que estaba aquí de vacaciones", relata el veterano policía.
El jefe provisional de la Policía Local, José Antonio Pérez Siverio, señala que durante los próximos ocho meses, en los que los nuevos efectivos estarán en prácticas, pasarán por todos los departamentos de la Policía. Transcurrido ese plazo, su incorporación a la plantilla –compuesta en la actualidad por 214 funcionarios– no conllevará una reestructuración sino que, como apunta el jefe, "ayudará a reforzar la vigilancia en las peatonales del casco y en otras zonas urbanas del municipio, sobre todo a pie".
"Antes nos subíamos a los coches a hacer kilómetros. Ahora, la sociedad demanda más cercanía. Los agentes tienen que caminar por las calles hablar con la gente. También tienen que asumir nuevas labores como la mediación para evitar que pequeñas disputas se judicialicen", resalta Pérez Siverio.
Sobre la motivación que lleva en estos tiempos de crisis a los jóvenes a hacerse policías, en los que parece tener más peso la posibilidad de lograr un puesto fijo que la vocación, el jefe del cuerpo se muestra convencido de que "hay de todo". "Estoy convencido de que muchos se presentan por vocación y a otros les atrae la idea de ser funcionarios. Hace 32 años, yo entré buscando un puesto de trabajo seguro pero hoy no me imagino haciendo otra cosa. Amo mi profesión", concluye.
Llegan para rejuvenecer una plantilla conformada por 214 agentes con una edad media de 44 años. Para algunos de estos jóvenes, vestir el uniforme es un sueño hecho realidad. Para otros, sin tanta vocación, significa tocar el cielo con las manos por haber conseguido un puesto de trabajo seguro en estos tiempos turbulentos. Durante este periodo de prácticas rotarán por todas las unidades del cuerpo: el servicio ordinario, atestados y los equipos especiales de Policía Ecológica y el GARA (Grupo Especializado en la Prevención y Seguimiento de la Violencia de Género).
Es fácil cruzárselos durante estos días recorriendo a pie el casco histórico. Dos de los nuevos policías que están reforzando el servicio con patrullas por las zonas urbanas son Aida Magdaleno Cruz y Tinerfe García Dumpiérrez. Ella sacó la tercera mejor nota final de las oposiciones. En el apartado de pruebas físicas, en el que tuvo que demostrar que podía saltar de una zancada más de dos metros y correr 2,5 kilómetros en menos de diez minutos, asegura que "no hubo dificultades". "Todos los que nos presentamos somos deportistas y la verdad es que las pruebas físicas nos resultaron fáciles", asegura esta santacrucera de 30 años, y añade: "De nada sirve ser muy bueno en lo físico si uno no va preparado en lo teórico".
Su compañero, Tinerfe, tiene 34 años y también es chicharrero. Cree que lo más complicado de la oposición fue la prueba teórica de desarrollo. "Había que explayarse por escrito sobre tres temas, entre los 40 que teníamos que preparar y que el tribunal elegía al azar en el momento de la prueba. Y no solo había que saberlos en profundidad, sino que también había que estructurarlos correctamente para que las tres horas que nos daban fueran suficientes para exponerlos. Además de valorar los conocimientos, se puntuaba la ortografía y hasta la caligrafía", explica.
Su compañera coincide con él al señalar esta prueba como "la más dura". Después de prepararse durante años para vestir el uniforme, a ambos agentes les sorprende comprobar "el respeto que inspira" el uniforme ante la sociedad. "En la Academia nos acostumbramos a ir de uniforme pero es cierto que nos ha sorprendido el trato que nos dan los ciudadanos en la calle al ir con él. Sientes que te miran más y la verdad que cuando se dirigen a nosotros son muy respetuosos", detalla Aida. Entre las anécdotas de los primeros días, Tinerfe admite que le resultó llamativo "que nos traten de usted o que un hombre que podía ser mi padre me llame don o señor agente".
Respecto a sus compañeros, Aida reconoce que "en los cuatro meses en los que convivimos en la Academia se formó un grupo muy unido. "La jefatura puede estar contenta con el grupo que entra porque nos llevamos muy bien en lo personal y lo profesional", apunta. Esta buena sintonía Tinerfe la atribuye al hecho de que son todos treintañeros, de Tenerife, excepto uno que es de Madrid, y que han coincido en otras oposiciones en los últimos años.
Tener un trabajo estable como funcionario en estos tiempos de paro endémico en toda España "te cambia la vida en todos los sentidos", según Aida. "Es una oportunidad que te permite afrontar el día a día con mucha más ilusión y tranquilidad", confiesa. Para Tinerfe, casado y padre de una niña de tres años y medio, tener un puesto de trabajo con total seguridad "permite emprender más, ya sea poder comprar un coche hasta otras decisiones más personales".
Durante estos días, Aida y Tinerfe recorren las calles acompañados del subinspector Juan Pedro Lutzardo. Con 25 años de experiencia, su función es guiarlos para que lleven a la práctica todo lo aprendido en la Academia. "Se darán cuenta de que hay que estar listo para cualquier cosa. Ayer mismo paramos un coche por descargar en una zona prohibida. Resultó que no tenía seguro y lo tuvimos que inmovilizar. Después apareció un ciclomotor conducido por un menor que no tenía licencia. En un intervalo de una hora hicimos cuatro intervenciones y terminamos levantando un acta por alteración del orden a un señor de Zaragoza que estaba aquí de vacaciones", relata el veterano policía.
El jefe provisional de la Policía Local, José Antonio Pérez Siverio, señala que durante los próximos ocho meses, en los que los nuevos efectivos estarán en prácticas, pasarán por todos los departamentos de la Policía. Transcurrido ese plazo, su incorporación a la plantilla –compuesta en la actualidad por 214 funcionarios– no conllevará una reestructuración sino que, como apunta el jefe, "ayudará a reforzar la vigilancia en las peatonales del casco y en otras zonas urbanas del municipio, sobre todo a pie".
"Antes nos subíamos a los coches a hacer kilómetros. Ahora, la sociedad demanda más cercanía. Los agentes tienen que caminar por las calles hablar con la gente. También tienen que asumir nuevas labores como la mediación para evitar que pequeñas disputas se judicialicen", resalta Pérez Siverio.
Sobre la motivación que lleva en estos tiempos de crisis a los jóvenes a hacerse policías, en los que parece tener más peso la posibilidad de lograr un puesto fijo que la vocación, el jefe del cuerpo se muestra convencido de que "hay de todo". "Estoy convencido de que muchos se presentan por vocación y a otros les atrae la idea de ser funcionarios. Hace 32 años, yo entré buscando un puesto de trabajo seguro pero hoy no me imagino haciendo otra cosa. Amo mi profesión", concluye.
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