"Los muertos no me asustan, más miedo da estar en el paro", aseguró ayer Juan Eduardo González, uno de los ochenta aspirantes a las dos plazas de sepultureros municipales convocadas por el Ayuntamiento de La Laguna. Los futuros enterradores confiesan que el principal motivo por el que acuden a las pruebas consiste en conseguir un trabajo estable que les reporte tranquilidad de cara al futuro.
Ayer empezaron las pruebas teóricas en la especialidad de fosero. Hoy, un examen similar convocará a los aspirantes a tres puestos de vigilantes de cementerios. En esta segunda prueba, 146 personas han sido admitidas durante la selección. Esto es, 66 aspirantes más que para los puestos de enterrador.
El primer examen del proceso selectivo, organizado por el área de Seguridad Ciudadana, consistió en una prueba tipo test con 20 preguntas. El temario del examen, común a los puestos de fosero y vigilante, es el genérico para las oposiciones de acceso a los puestos de la administración local e incluye el funcionamiento del propio Ayuntamiento y el marco normativo estatal y comunitario. En la prueba también se incluyeron, sin embargo, preguntas más concretas en relación a la albañilería y jardinería.
Media hora antes del examen, convocado a las 12:30 horas en el Colegio de Educación Infantil y Primaria Aguere, decenas de personas se agolpaban en la puerta mientras daban un último repaso a los apuntes. Los aspirantes eran fácilmente identificables, la mayoría jóvenes y todos hombres. Este aspecto variará en las pruebas de hoy, a las que están convocadas más de 30 mujeres.
Sueldos
Antes de acceder al aula, los nervios se respiraban en el exterior del colegio del céntrico barrio de Padre Anchieta. Los que consigan uno de los dos puestos de enterradores se garantizarán un empleo estable y un sueldo mensual bruto de 1.491 euros. Para los vigilantes, el salario ascenderá a un poco menos: 1.452 euros.
Los demás, si consiguen pasar las pruebas y superar la fase práctica, pasarán a formar parte de la lista de reserva para posibles contrataciones de carácter temporal para futuras bajas o vacaciones de los empleados de los cinco cementerios laguneros.
"Nunca le he tenido miedo a los muertos", explicó Moisés Luis, un lagunero de 38 años que intentaba aplacar su nerviosismo mientras conversaba con sus compañeros de examen. "Creo que es un buen trabajo y no me importa que sea en un cementerio, el trabajo es trabajo y punto", sentenció. Mientras, a su lado y con solo 25 años, un cocinero titulado esperaba su turno para intervenir en la conversación. "Me dan mas miedo los vivos que los muertos", bromeó Julian González, "y, sobre todo, lo que me da más miedo es seguir sin trabajo".
El trabajo en el Ayuntamiento es una oportunidad para volver al mercado laboral y "empezar a cotizar con regularidad, porque ya me veo con 67 años sin poder cobrar más que una ayuda", añadió González. Este joven reconoció que ha1 sido víctima de algunas bromas en su círculo de amistades más cercano. "Muchos me dicen que si voy a ser el Undertaker, por la película de terror que a su paso por España se tituló El enterrador", bromeó.
Juan Eduardo González, por su parte, espera que la de fosero municipal sea su primera oportunidad laboral. "La cosa está muy difícil como para poner pegas a un trabajo estable", explicó. Juan Eduardo tiene 24 años y está a punto de terminar sus estudios de Bachillerato. "Todos necesitamos un puesto de trabajo para empezar a cotizar para el futuro, el verdadero miedo es estar en el paro; los muertos no le hacen daño a nadie", concluyó.
Ayer empezaron las pruebas teóricas en la especialidad de fosero. Hoy, un examen similar convocará a los aspirantes a tres puestos de vigilantes de cementerios. En esta segunda prueba, 146 personas han sido admitidas durante la selección. Esto es, 66 aspirantes más que para los puestos de enterrador.
El primer examen del proceso selectivo, organizado por el área de Seguridad Ciudadana, consistió en una prueba tipo test con 20 preguntas. El temario del examen, común a los puestos de fosero y vigilante, es el genérico para las oposiciones de acceso a los puestos de la administración local e incluye el funcionamiento del propio Ayuntamiento y el marco normativo estatal y comunitario. En la prueba también se incluyeron, sin embargo, preguntas más concretas en relación a la albañilería y jardinería.
Media hora antes del examen, convocado a las 12:30 horas en el Colegio de Educación Infantil y Primaria Aguere, decenas de personas se agolpaban en la puerta mientras daban un último repaso a los apuntes. Los aspirantes eran fácilmente identificables, la mayoría jóvenes y todos hombres. Este aspecto variará en las pruebas de hoy, a las que están convocadas más de 30 mujeres.
Sueldos
Antes de acceder al aula, los nervios se respiraban en el exterior del colegio del céntrico barrio de Padre Anchieta. Los que consigan uno de los dos puestos de enterradores se garantizarán un empleo estable y un sueldo mensual bruto de 1.491 euros. Para los vigilantes, el salario ascenderá a un poco menos: 1.452 euros.
Los demás, si consiguen pasar las pruebas y superar la fase práctica, pasarán a formar parte de la lista de reserva para posibles contrataciones de carácter temporal para futuras bajas o vacaciones de los empleados de los cinco cementerios laguneros.
"Nunca le he tenido miedo a los muertos", explicó Moisés Luis, un lagunero de 38 años que intentaba aplacar su nerviosismo mientras conversaba con sus compañeros de examen. "Creo que es un buen trabajo y no me importa que sea en un cementerio, el trabajo es trabajo y punto", sentenció. Mientras, a su lado y con solo 25 años, un cocinero titulado esperaba su turno para intervenir en la conversación. "Me dan mas miedo los vivos que los muertos", bromeó Julian González, "y, sobre todo, lo que me da más miedo es seguir sin trabajo".
El trabajo en el Ayuntamiento es una oportunidad para volver al mercado laboral y "empezar a cotizar con regularidad, porque ya me veo con 67 años sin poder cobrar más que una ayuda", añadió González. Este joven reconoció que ha1 sido víctima de algunas bromas en su círculo de amistades más cercano. "Muchos me dicen que si voy a ser el Undertaker, por la película de terror que a su paso por España se tituló El enterrador", bromeó.
Juan Eduardo González, por su parte, espera que la de fosero municipal sea su primera oportunidad laboral. "La cosa está muy difícil como para poner pegas a un trabajo estable", explicó. Juan Eduardo tiene 24 años y está a punto de terminar sus estudios de Bachillerato. "Todos necesitamos un puesto de trabajo para empezar a cotizar para el futuro, el verdadero miedo es estar en el paro; los muertos no le hacen daño a nadie", concluyó.
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