Os traigo la columna que ha publicado Ceutaaldía:
El sistema de selección de personal para la Función Pública está en crisis, las oposiciones, tanto porque hay demasiadas personas interesadas en no seguirlo, como porque por la inadecuación de este sistema a las necesidades y los requerimientos que tienen los diferentes puestos administrativos.
Después de una experiencia cercana he llegado a la conclusión de que los temarios que construyen a través del procedimiento de adelgazamiento del temario del nivel superior, el cual ha sido adelgazado desde otro y así hasta llegar al temario madre.
Este adelgazamiento generalmente se hace mediante la bonita técnica de la indeterminación, de modo que tres temas, por ejemplo, que cubriese la contratación pública terminan siendo un tema denominado ‘contratación pública’ sin más especificaciones.
El adelgazamiento de temas hace que lo que se pide a una persona para desempeñar un puesto determinado no tenga nada que ver con las funciones que va a tener que desempeñar y que buena parte de la nota que tenga para ingresar en la Administración se deba a conocimientos absolutamente irrelevantes a la hora de ser eficaz en su trabajo.
Después vienen las pruebas en sí mismas. No soy partidario de los sistemas más informales tales como la entrevista personal, pero sí creo que saber de una materia y saber trabajar con los conocimientos que se tienen no se demuestran ‘cantando temas’ ni otras variedades existentes de exámenes puramente teóricos.
En mi opinión las pruebas deberían ser eminentemente prácticas, tanto en lo referente al ‘corpus teórico’ como a las habilidades del opositor. No tiene sentido que alguien se sepa estupendamente la Ley 30/92 si no sabe aplicarla a un caso concreto y determinado, pues la realidad, hasta la más simple, exige capacidad de subsumir o de ‘saber hacer’ y es ello lo que habría que buscar en las pruebas selectivas.
Dos puntos importantes para una posible reforma del sistema de oposiciones: adecuación de los temarios al puesto de trabajo a desempeñar y pruebas eminentemente prácticas. Y si de camino se eliminan los ‘concurso-oposición’, pues mucho mejor.
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