Otra noticia de La Provincia escrito por Rubén Acosta:
Eran pocas plazas pero se iba a presentar mucha gente. Ha sido un palo". Los titulados de Magisterio no acaban de asumir la suspensión de las oposiciones y la frustración que ha supuesto dedicar tantas horas a estudiar y a prepararse para quedarse a la espera de una nueva convocatoria que, hoy por hoy, está en el aire.
Maite Rodríguez, Ana Sosa y Ari Delmar apenas llevan dos años con el título de Magisterio y todavía no han ejercido la docencia pero desde que salieron con su diploma bajo el brazo se han dedicado de lleno a estudiar y, aunque no cuentan con experiencia laboral, su intención era al menos colarse en la lista de reserva para tener alguna opción de ser llamados para cubrir bajas y sustituciones.
Algunos se preparan las oposiciones por su cuenta pero otros lo hacen en academias o en clases particulares de profesores que cobran una media de 100 euros al mes a cada opositor por prepararse para los exámenes. Sea de una forma u otra, son muchas horas de estudio en horarios de mañana y tarde que se han visto frustrados por una decisión que no entienden.
Los sindicalistas les han dicho que de esta forma se frena la llegada masiva de peninsulares que, en caso de continuar la convocatoria, hubiesen podido copar las plazas y las listas. Este argumento lo comprenden pero también se ven ahora sin ninguna posibilidad de entrar en el mercado laboral a través de los estudios para los que se han preparado. "El esfuerzo realizado no es tiempo perdido, pero no deja de ser un palo", afirman.
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