lunes, 23 de agosto de 2010

La nueva hornada de controladores aguarda ‘desesperada’ la privatización del sector

Es la noticia que ha publicado El Confidencial y que os traigo, escrita por Gustavo Bravo:
El pasado mes de junio, 400 personas compitieron por una de las 25 plazas que se ofrecían en el primer curso de controlador aéreo que se imparte en España de forma privada. La esencia del mismo es la de encontrar trabajo cuando la profesión termine por privatizarse. Viéndoles, los chicos se asemejan a los cinco protagonistas del libro de Roald Dahl, Charlie y la Fábrica de Chocolate. Los 25 afortunados se encuentran ahora en el umbral, tras haber conseguido el billete dorado que les permitirá probar el dulce que persiguen: la licencia de controlador aéreo.

Con su nota de corte en la mano, lo siguiente fue pagar. Como en el libro, la mayoría han necesitado la ayuda económica que sólo puede proporcionar una familia de clase media-alta. El curso cuesta 30.000 euros. De los 25, el que quedó cuarto en la promoción no consiguió que el banco le concediese el crédito con el que poder financiar el curso. En esta historia, Charlie se queda fuera de la fábrica de chocolate. El que quedara vigesimosexto sí pudo pagar y ocupó su lugar.
El pasado lunes 16 comenzó el curso en la Universidad Camilo José Cela de Madrid. Tres días después, el ministro de Fomento, José Blanco, accedía a reunirse con los controladores aéreos después de que éstos ratificaran ayer el acuerdo de bases alcanzado hace una semana entre la Unión Sindical de Controladores Aéreos (Usca) y AENA para renegociar el convenio colectivo del sector después de cinco meses repletos de desencuentros y amenazas de huelga. Los estudiantes, ajenos a esta situación, se muestran radiantes. Tienen vocación, aptitudes y un envidiable nivel de inglés. Los estudiantes reconocen lo elevado del precio, económico y personal, que supone este sueño. “Es mucho dinero, sí, pero la licencia de control te la sacas. Luego el tema está en que puedas ejercer lo antes posible”, sentencia María Arrivas, de 27 años.

“Aquí los 25 que estamos matriculados estamos haciendo 25 apuestas”, reconoce Francisco García, también de 27. Como él, muchos de sus compañeros son licenciados buscando una salida en una coyuntura adversa. Francisco estudió Ciencias del Mar y optó por un plan b ante la imposibilidad de encontrar trabajo de lo suyo. “Me parece muy interesante. No sólo por el sueldo. Me parece un trabajo considerado. La mayoría estamos por eso”, explica.

La privatización como un clavo ardiendo

La apuesta de todos ellos se fundamenta en la futurible privatización de la profesión de controlador. Hasta entonces, sólo podrán utilizar su licencia en Europa. Muchos de ellos llevan años planeando este viaje: “Cuando empecé a plantearme qué carrera quería estudiar sabía que quería ser controladora aérea -explica María Arrivas-. Busqué una carrera práctica con muchas salidas como Empresariales y la hice en inglés para ir avanzando hacia la oposición. El problema fue que no pude presentarme a las oposiciones en la convocatoria de 2006 . Es ahora cuando tengo la oportunidad real de hacerlo, con la privatización de AENA. Llevo desde 2001 preparándome. Espero poder ejercer lo antes posible. Bien en torre inglesa, bien en española”, asegura.

Los estudiantes ven la privatización como un proceso lógico. “En Europa se han privatizado la mayoría de las torres de control y España es el único que falta para meterse en el mismo entorno“, explica María. Con todo, la solución no viene sola. Esta privatización afectará a las condiciones laborales de la profesión (uno de sus mayores atractivos) y los estudiantes lo saben: “Entre nosotros no hay nadie que espere ganar 200.000 euros anuales como se dice que se gana ahora. Sabemos que estamos en otra situación. No sabemos quién nos va a contratar ni en qué condiciones. Sí tenemos claro que si la mayoría de los aeropuertos que se quieren privatizar son deficitarios, los primeros recortes que efectuarán las empresas que quieran aventurarse a comprarlos serán en los sueldos”, admite Francisco.

Los controladores han aceptado esta semana una reducción de su sueldo de aproximadamente el 40% (de una media de 350.000 euros al año a una de 200.000). A cambio, su jornada laboral se adaptará mejor a la carga de trabajo de cada dependencia. Además, no estarán obligados a cubrir bajas o incidencias en cualquier momento -como denuncian que estaba sucediendo hasta ahora- y mejorarán las condiciones de sus turnos de descanso.

En cuanto a la polémica situación que viven sus futuros colegas, los estudiantes admiten que la situación les conviene: “Nos va a dar la posibilidad de trabajar en España en el momento en el que se privaticen las torres aquí- asegura Elena Kristic, de 26 años-. “El hecho de que esto sea privado y después se pueda acceder como a cualquier otro trabajo facilita mucho las cosas. Llamé en cuanto me enteré”.

Y son muchos los que llaman. Fuentes de la universidad que imparte el curso reconocen haber recibido una media de 100 solicitudes diarias. Este año habrá tres promociones de 25 personas que optarán a conseguir la licencia de controlador aéreo después de poner 30.000 euros encima de la mesa. Las que vengan detrás pagarán más, hasta 50.000, ya que la universidad ofertó una rebaja de 20.000 únicamente en las tres primeras promociones. Todos ellos confían en recuperar su inversión en poco tiempo, aunque la universidad reconoce que tener la licencia nunca garantiza encontrar un puesto de trabajo.
 
Animo!!!

1 comentario:

  1. Lo triste de todo esto es que habrán pives que esten capacitados para este trabajo y no puedan acceder por no poder costearselo, como al que pobre que se quedó en cuarto lugar.
    Al final volvemos a lo mismo , sólo podrán acceder los que tengan dinero ?¿?¿?¿?¿

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