domingo, 5 de julio de 2009

Un funcionario público, me dijo soy un pringado, ¿cuánto miente?

Juan Fernández Del Torco Alonso ha escrito lo siguiente en La Opinión:
"En las situaciones de crisis económica, donde el trabajo escasea, y conservarlo es una gracia divina y cobrar tu salario aunque sea poco es un milagro sobrenatural, el ciudadano canario medio mira hacia el horizonte prometido y clama "quien fuera funcionario".
Pertenecer a ese clan de privilegiados, que no trabajan sino que sólo acuden al centro de trabajo, y nunca antes de las ocho y media, si bien no se mantienen en él pues han de tomar café y fumar un cigarrito, el número de funcionarios adictos ha crecido desmesuradamente, pues se han enganchado hasta los que resultan ser antitabacos de tarde, su dependencia les hace salir tres o cuatro veces en la mañana, pero bien entendido que todo esto es antes de las once menos cuarto y hasta las doce y cuarto.
Pues pasado este periodo, el Ecuador de la jornada, te obliga a iniciar una segunda ruta de investigación de poder ser posible el más alejado, acudir al médico privado del seguro concertado porque el funcionario no es habitual del seguro, la Administración les evita ese trago, y les brinda una situación mejorable el concierto con entidad privada, o si no hay nada de esto vamos al Centro Comercial próximo de visitas que allí nos encontraremos como el Jefe, la Secretaria del Jefe, la tramitadora del Juzgado, el auxiliar, el Juez y el Fiscal, lugar de concurrencia del ciudadano con clase.Olvidando por ello, su condición de ser ciudadanos normales, que no tiene salario fijo, ni cobran de manera segura, ni poseen vacaciones por cursos de formación, ni le pagan dietas para acudir a formarse, y que si no rinden en su trabajo lo despiden, ese que le está esperando para que le gestione un papel que de aquél, el llamado funcionario depende y que su no hacer repercute indudablemente en el ámbito de su familia, y además que su obligación de actuar lo es porque es un servidor público, que le paga el ciudadano no privilegiado con sus impuestos.Ese mal hacer de los funcionarios, ha de evitarlo la clase política que gobierna las instituciones y que rige en las administraciones, dándonos igual que sea Justicia, Seguridad Social o Hacienda, y asimilable a través de un grupo de controladores entidades privadas o grupos de ciudadanos normales que hagan desarrollable y de manera eficaz el sector público, porque es de todos y a todos nos cuesta.
Por eso, cuando el pasado 26 de junio de 2009, un funcionario al parecer llamado Carrillo, me dijo en la Seguridad Social de Garcilaso de la Vega, que era un pringado más, me dieron ganas de operarle su cerebro sin anestesia, porque estaba ofendiendo a aquéllos que nos cuesta ganarnos día a día la vida, y que tenemos que soportar su desidia e incluso su comportamiento inadecuado ya que se consideran encontrarse en un podio preferencial y sólo porque se estudiaron unos temas, que como el resto del conjunto de oposiciones, no se les exige que los entiendan, ni que sepan aplicarlos sino que los reciten con tono melodioso, porque si eso lo haces tu posición en el parnaso, bien como Dios o mero ángel, lo tienes garantizado.
Esto es indignante, y los Centristas sabemos que esa situación ha de cambiar, y eso sólo lo cambia el voto del ciudadano sufrido, y a eso se compromete Centro Independiente de Canarias (CiCan), porque este partido lucha contra las injusticias y las prepotencias, y no podemos permitir que un empleado público se convierta en un minúsculo dictador, independiente del rango o categoría que ostente en la Administración, ya que sólo son, les guste o no servidores del pueblo, y no el pueblo servidor suyo".
Saludos!!!

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